[Nótese el
lugar doblemente marginal que ocupa la mujer afro-ecuatoriana en el Guayaquil
de los cuarentas: en esta caricature ella es una empleada doméstica y no tiene
voz en el diálogo. Las referencias al tema de la salud –tan importante en una
ciudad húmeda y tropical- no deja de tener un tinte irónico sexualizado, aunque
no se puede descartar una lectura entre-líneas que sugiere que el cuerpo de una
mujer blanca merece más cuidado, “respeto”
y derecho que el cuerpo de una mujer negra. Tomada de Los tiempos pasados fueron mejores,Volumen
II, de Jaime Salinas]
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