¿Qué harán las autoridades del Consulado de Ecuador en México con las cenizas de Nieto? ¿Acaso publicarán sus tantas obras inéditas? ¿En qué manipulaciones entrarán sus "amigos de última hora" y los burócratas de la cultura de Ecuador (esos que tanto detestaba el gordo) para aparentar cercanía con alguien de quien supieron solo de lo lejos? No lo sé. Personalmente pienso tiene sentido que sus cenizas queden en la tierra que le dio cariño y lo recibió mejor que su lugar natal. Creo también que su obra debe ser puesta en la red, de manera gratuita, de libre acceso y sin restricciones de ningún tipo, pues Nieto tenía varias obras, inclusive diagramadas, listas para ser impresas. (Me contó una vez que eran más de nueve y yo mismo tuve copias de tres poemarios de versos largos, casi prosa, muy en la línea coloquial y personal que lo caracterizaban). Digo esto porque posiblemente no se publiquen de otra manera y, más vale, aparecerán algunos que creerán que hay dinero detrás y reclamarán derechos de copia o autoría, como ocurre frecuentemente en nuestras ingratas repúblicas. Que esto quede de lección para todos nosotros, para cuando nos llegue la hora del viaje: hay que dejar la casa en orden, las cosas definidas y no cargárselas a los demás. Irresponsables en la vida nunca son perdonados en la muerte. "Lo que me vayan a dar / que me lo den en vida" dice Roberta Roena:
Incluyo abajo dos publicaciones, del 89 y el 90, en las aparece claramente lo que mi querido gordo Nieto pensaba de su identidad, Guayaquil, la política y la amistad. Hasta donde sé y recuerdo, se mantuvo fiel a su pensamiento, refrescado acaso (¿profundizado?) por su residencia en México.