martes, 9 de diciembre de 2014

Humanismo de ojos verdes



"Profesor, yo no voy a estudiar en la universidad porque tengo mucho dinero"
(estudiante del Liceo Panamericano de Guayaquil)

Ciertamente, la política da cabida al comentario cultural. El último episodio mediático que han construido esta semana se debe a Rafael Correa, presidente de Ecuador, y Doménica Tabacchi, vice-alcaldesa de Guayaquil.
Esta, en un acto del gobierno a José Mujica, en representación del Municipio de Guayaquil -desde hace veinte años en manos de la derecha oligárquica- muy suelta de palabras, fue más o menos a demostrar lo desubicada, virulenta e hipócrita que es la derecha guayaquileña. Con un discurso preparado -con conocimento de Cancillería, dice ella- dio clases de moral y buen comportamiento, de cómo se debe ser en política y en la vida privada (humilde, perdonador y sabio). Todo en nombre de la coincidencia que tienen, dicen ellos, con Mujica: su humanismo.
A renglón seguido Correa tomó la palabra y, como era de esperarse, arremetió contra la derecha y lo dicho por Tabacchi, la misma que decidió abandonar la sala en medio de silbidos y reclamos de las barras, y ante la mirada atónita de los invitados.
En el Enlace sabatino siguiente, Correa recordó el episodio y lo glosó con un comentario despectivo a los ojos verdes, el pelo claro y la tez blanca de Tabacchi, concluyendo que ella no representa a la mujer guayaquileña (se refería obviamente a la mayoría de la población, mestiza y mulata). A los pocos días, Tabacchi, acompañada del alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, cuestionaron al presidente y lo fueron tildando de psicópata, acomplejado social, etc, tópicos siempre utilizados en las redes por la derecha contra él.
Hoy, Tabacchi dice que se está en contra de una vice-alcaldesa de ojos verdes pero no de un presidente de ojos verdes (risas aquí), lo cual complejiza el tema político con especulación antropológica, la inmigración europea y su representatividad y derechos sociales en Guayaquil y Ecuador (temas de extrema fragilidad para la izquierda ecuatoriana porque no sabe qué decir, es un tema muy nuevo aún). Pero deja de lado el centro del conflicto: el humanismo del que se apropia la derecha. (Vale abordar este asunto porque ocurre también en toda América Latina). Veamos.
Hace muchos años, en un escrito titulado "Marxismo y Humanismo", Louis Althusser, estableció el humanismo como una ideología burguesa que se basa y fomenta una entidad abstracta (la humanidad) para encuadrar y comprender problemas históricos, sobre todo la explotación capitalista. Al disolver dichos problemas, lo que hace, en realidad, es ocultar la lucha de clases.
El humanismo, al ser una ideología ambigua, da cabida a muchas interpretaciones, manipulaciones y orientaciones. Y ese sigue siendo el problema de los marxistas que se preocupan por el prójimo: no haber asimilado a su plataforma de lucha un humanismo por el necesitado, por el pobre o la persona en desventaja, diferenciándolo del "humanismo burgués" predicado por sus rivales. Más aún, cuando, en el caso ecuatoriano y en el mundo entero, en nombre del Humanismo, la derecha ha organizado y organiza tanto obras de caridad como invasiones a países, masacres y golpes de estado, al mismo tiempo que le roban al estado y estafan al pueblo a través de otros medios (leyes bancarias, congelamiento de salarios, aumento del costo de la vida y de los bienes -casas, educación, transporte, etc).
El problema de la izquierda es que no puede diferenciar su humanismo del de la derecha, y tampoco impedir que ésta, abierta, personal o privadamente, se identifique con el humanismo de voluntariado. La izquierda tampoco puede pretender que la única trinchera de servicio al prójimo sea desde un puesto o cargo burocrático, pues no es su patrimonio.
Tabacchi y la derecha pueden reivindicar como suyo ese humanismo capitalista y religiosón que atribuyen a Mujica. Correa y la izquierda también, sobretodo porque no han salido de balbuceos ideológicos al rescatar un humanismo (abstracción e ideología burguesa, según el prestigioso aunque lamentable Althusser) pero sin puntualizar sus diferencias epistémicas con el contrincante.
¿Y Mujica? Seguirá siendo la piedra de la discordia por sus propios actos y palabras: él sí cree en la caridad, en dar limosna (todo el mundo lo vio hacerlo hace unas semanas) ofrece albergues (¿no es acaso lo mismo que hace la Teletón?) pero también un programa social agresivo e incluyente, lo cual está más cerca del Socialismo Moderno que del Socialcristianismo. Es decir, no es del todo descabellado que Tabacchi reclame como verdadera esa coincidencia con el mandatario uruguayo, le moleste a quien le moleste, pero tampoco es de cuestionar el que Correa lleve esa agua para su molino.
Paralelamente, a Correa no le queda mucho margen para aclarar las cosas, pues él mismo es un confeso católico curuchupa, de domingos en la iglesia, confesado y comulgado, opuesto al aborto, etc, algo con lo cual sus más acérrimos enemigos de la ultra-derecha concuerdan.
El problema del humanismo continuará siendo lo que es: una ideología, un programa y un sentimiento de los que se adueñan tirios y troyanos. (No creo necesario volver al Renacimiento, que es el período en el cual empieza a formarse). Y Mujica seguirá siendo apropiado por diferentes grupos, después de todo, ¿a quién no le gusta un viejito campechano, humilde, ex-presidiario "sabio" y sin rencor?
Queda ver en qué pararán los subtemas de los ojos verdes, su simbolismo social (si Doménica Tabacchi se volverá Dominga Tabacos para ser "verderamente guayaquileña"), la relación de estética y política, el proceso de inmigración europeo en tierra de indios y negros, etc.
Tal parece, Dominga Tabacos (concedamos) y el Mashi Correa (richarichi richarichi) tienen unos rounds más a los cuales, sin duda, se van a sumar las no menos bellas: Cynthia Viteri y Viviana Bonilla, con lo cual, esperemos, el presidente dejará que sean las damas las que se aclaren entre ellas.... A ver si aparece Nebot (el instigador que empuja para que otros peleen) quien, como dijo un amigo, "prefirió no dar la cara y mandó a pelear a su hermana".