miércoles, 5 de abril de 2017

Dos viejos poemas


mi padre y yo caminábamos

hacia un terreno baldío y abierto al campo

como si fuera una película de Fellini

a la izquierda había un circo inmenso

a la derecha, un sendero que se transformaba

en un largo camino cubierto de árboles

vamos por el bosque, me dijo

y a la entrada del mismo, en una pequeña habitación

nos encontramos con un hombre ya mayor y otro muy joven

que nos preguntaron cómo mismo era la letra de una canción

¡ah! ¡Benedicto! ¿recuerdas cómo era? le pregunté

y mientras tarareaba la melodía

nos pusimos a cantar a todo pecho:

ayer era tu amante enternecido

ahora soy tu amigo de ocasión

tú quieres que yo vuelva arrepentido

y yo jamás iré a pedir perdón

y así, abrazados y cantando

nos metimos por ese sendero protegido de árboles

como el viejo león y el hombre de lata

que se pierden por el camino de ladrillos amarillos

 
 
* * *

En el 2002 éramos otros

En el sueño los mismos

Miguel Donoso Pareja

Era también el mismo

Con nosotros jugaba desaforadamente fútbol

En medio del polvo y la ventisca

(¡Oh! ¡Nublado y hermoso día del verano guayaquileño!

¡Cuántas buenas sorpresas nos trajiste!)

En el sueño nos habíamos reconciliado:

Mario Campaña se reía

Y Juan Moreno y Ricardo Maruri

Corrían en lo alto de la colina

Como en una escena de Bergman

Mientras entonaban cantos infantiles

Pero sin ser llevados de la mano por la muerte

Y también estaba Hugo Salazar Tamariz y Agustín Vulgarín

Que me hablaba de su Cuadernos de Bantú

Eramos los que siempre quisimos ser

Luego, cansados ya de tanta lucha y competencia

Bajamos pequeñas elevaciones y cruzamos el Puente 5 de Junio

Eramos tres grupos e íbamos uno detrás del otro

Junto a mí iba Jorge y otro amigo del Colegio Eloy Alfaro

(a quien nunca más vi y que era todos a quienes nunca más vi)

Detrás venían el gordo Páez, el negro Jaén, el cholo Cepeda

Mi querido sobrino Germán Simisterra, mis hermanos y mi padre

Y contentos caminábamos esa mañana de nuestra vida