La presidencia de Noboa en Ecuador nunca dio los frutos esperados, ni a corto ni a mediano plazo. Su rotundo fracaso en la administración del país y la absoluta falta la solución de las crisis sociales (extrema violencia, desempleo) lo han puesto a un paso de ser despedido del cargo. Pero, si acaso eso ocurre, ¿hacia dónde caminará Ecuador?
La permanente ausencia de alternativas políticas y la narco-corrupción estructural de Ecuador hacen imposible vislumbrar una alternativa creíble, realista, posible. Ni la derecha, ni la iozquierda ni el centro tienen cuadros que atraigan a los ecuatorianos. Y la inevitable sombra de Correa, sigue siendo tan despreciada como antes, como desde que se desenmascaró con pruebas contundentes la manera en la cual su grupo de trabajo se llevó el dinero del país en peso. ¿Qué pasará en las próximas elecciones? Difícil pronóntico, pero no imposible concluir que quien llegue al poder no tendrá ni el respaldo ni la fuerza de voluntad para enderezar ese barco a la deriva. La última crisis energética es también un símbolo de la sólida mediocridad de los políticos ecuatorianos, no importa la tendencia que tengan, no importa la ideología ni la clase social.
¿Y EEUU? La proyección es que el ataque gubernamnetal de Trump contra los inmigrantes ilegales (luego será contra los legales y luego con otros grupos, así opera el fascismo) ocupará la agenda de trabajo y las páginas de los diarios, sobre todo para ocultar los negociados, entre ellos los de bitcon y criptomonedas, la exoneración del pago de impuestos de los billonarios y quizá vender Ucrania a su jefe Putin. ¿Por cuánto tiempo los excesos de Trump serán aceptados? Difícil saber pues la normalización de la represión a varios niveles en EEUU es un mecanismo que opera diariamente. Gracias a la conversión de lo inaceptable es algo normal a la mayoría de los votantes de EEUU ya no le interesa si su candidato es un delincuente, abusador sexual o ratero de alto vuelo (todo comprbado en las cortes de NY con más de 30 sentencias). Para aquellos que hemos vivido tiempo en EEUU, este país empieza a ser irreconocible para parecerse cada vez más a Venezuela, Cuba, Nicaragua con sus respectivos dictadores, quienes coinciden en el programa de Trump, contradictoriamente, con sus enemigos del sur, sobre todo Milei y Bukele, alineados (pero con ínfulas personales) al programa económico del norte.
Cierra este año con la intromisión de Elon Musk, el hombre más rico del mundo, en la política de EEUU pero no como espectador sino casi como presidente de facto: con un twitter alteró las decisiones del Congreso y otras más. Hoy el país se burla de un Trump que, viejo y altanero, resulta ser un muchacho malcriado comparado con el racionalismo de Musk y también el ultra-derechismo programático del vice-presidente Vance, apmil millones de dóresoyado por otro multimillonario. (Para aquellos que no siguen la política de EEUU, Musk invirtió 300 millones de dólares en la campaña de Trump, a los pocos días del triunfo se había beneficiado con aproximadamente 200 mil millones de dólares. Y hoy tiene un cargo que no existe en la admisnitración, pero que tiene como objetivo destruir algunas instituciones sociales de los estadounidenses, o privatizarlas).
Así con el 2024.
Esperemos que, contra todo mal pronóstico, yo esté equivocado 100% tanto en lo referido a Ecuador como a EEUU, dos países que quiero mucho.
¡Salud!
¡Y que venga ese 2025!