Hace pocos días leí en el titular de un periódico que la película “Regreso al futuro” no habría sido posible en estos años. No leí el artículo, simplemente me llamó la atención.
Anoche empecé “Out of Sight”, una película de Soderberg (1998) con Jennifer López, a quien considero una buena actriz. Ocurre en Miami y es supuestamente un neo-noir con visos de comedia. Lenta y predecible, no terminé de verla y preferí dormir. Y tuve un sueño que se relaciona con el titular y la película.
Ocurre en 1983, quince años antes que la película, en un estudio de filmación, quizá de un episodio de Law and Order que alguna vez vi. En ese memento, fuera de las cámaras, estamos Jennifer López y yo viendo la grabación. Uno de los personajes es un joven actor puertorriqueño.
Cuando terminó la escena, nos acercamos a él y conversamos. Había un ambiente de callada familiaridad. Me di cuenta en ese momento de que era un sueño, el fatídico año y que yo venía del futuro. Se lo conté a Jennifer López y no se mostró sorprendida.
Para mí era importante decirle a este joven actor cómo sería su futuro. Terminaron de grabar y fuimos a su casa.
Caminamos. Las calles eran de alguna manera conocidas. Cruzamos la pequeña verja y el jardín y entramos. Su madre vivía también allí. Conversamos con ella. Era una mujer agradable. El se portó amablemente.
Le confesé: venimos del futuro. Tú serás un actor conocido. Saldrás en televisión y en películas. El se quedó sorprendido y sonrió con incredulidad. Jennifer López le dijo que sí, que así sería.
Luego el sueño terminó.
Al despertar tuve mis dudas acerca de si el actor estaba vivo o muerto porque me habría dado mucha pena que no hubiera visto, después de años, su triunfo.
La idea de la muerte y de la imposibilidad de ver desde el pasado el futuro siempre me han frustrado. En algún momento ensayé una novela de ciencia ficción y logré avanzar varias páginas. El original se extravió en un cambio de computadora pero recuerdo sus líneas generales: ocurre en el barrio.
Yo regreso de la muerte para mostrarle a mis Fabia y Fabiana (acostumbradas ya a convivir con el recuerdo de su padre) en dónde y cómo crecí. En el parque estaba la Chocota y le dije a mis hijas que no era otra niña sino una señora en miniatura.
La Chocota
Daniel Gonzalo Pino
JLo